jueves, 29 de julio de 2010

Sobre el Taller Nacional

La comunidad un paradigma para nuestro tiempo

“O evolucionamos o nos extinguimos”

Fidel Castro Ruz

“Nuestra casa común esta padeciendo los estragos provocados por este sistema impuesto”

El sistema económico con sus tentáculos depredadores llamados neoliberalismo y globalización arrasan con todo lo que se encuentran a su paso para convertirlo en mercancía, provocando que nuestra vida este marcada por bienes de consumo y nosotros con el intrínseco nombre de consumidores.

Aquí radica el problema de la ecología, pues a sabiendas que nuestro mundo es finito, este sistema provoca que se desequilibre el planeta con el fin ultimo de extraer más recursos que permitan una mayor ganancia.

Vivimos actualmente diversos tipos de crisis y una de ellas es la ecológica, la madre tierra esta pasando factura por tantos años en que nos hemos portado mal con ella. Hemos hecho de esta casa un basurero, la hemos escaseado en la mayoría de sus recursos, la hemos proliferado, abusado, violentado., y hoy, lo que padecemos, no es más que la causa de nuestros actos.

Los valores pregonados por el sistema neoliberal tales como la individualidad, la competencia, el ganar, el acumular., son los que a mi juicio nos están llevando al delirio., pues éstos cuando se imponen como verdades absolutas que supuestamente nos llevarán a la tan ansiada felicidad, se deslumbra entonces la raíz del conflicto actual.



“Reflexionando la importancia de la madre más primera, la Tierra”

Ante esta tan azorada realidad en que se encuentran sumergidas hoy en día las comunidades eclesiales de base en nuestro país., se llevo a cabo en nuestra comunidad el “XIV Taller Nacional de Jóvenes en CEB’s”, con el tema “Ecología y misión”. Asistieron alrededor de 150 jóvenes de muchos lugares del país; tales como, Mexicali, Tarahumara, Monterrey, Querétaro, Cd. Guzmán, Veracruz, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Distrito Federal, Chalco y por supuesto la sede., Torreón Coahuila.

El taller vibro a mi parecer en cinco ejes principales., el primero de ellos enfocado a conocer la importancia de la ecología., el segundo de ellos en la reflexión de cómo se encuentra nuestro país en materia ambiental mediante la exposición de diversas realidades ecológicas que se padece en cada una de las ciudades de los asistentes., la cuarta se enfoco en la importancia que tiene la cultura del “cuidado” en relación a la madre tierra y también podría señalar que el quinto eje radico esencialmente en vivir diversos talleres (economía solidaria, ecología y arte, cuidado del agua, siembra urbana) que nos dieran pauta a un actuar.


Fueron cuatro días en que diversos jóvenes de todo el país, con sus diferentes historias, culturas y formas de pensar, se congregaron para compartir un sueño., ese sueño de que otro mundo es posible. Fue un espacio de compartir la vida, de mostrar lo que cada quién es, lo que cada quién hace, vive y sueña, fue un espacio de abrir el corazón para dejar fluir el amor por el proyecto de Jesús.



“La comunidad, un lugar de referencia”

Vivimos actualmente en una realidad ambiental, social, política, cultural, económica y eclesial bastante compleja., somos jóvenes que nos ha tocado vivir el debacle del sistema actual y por ende también su resurgimiento mas brutal., estamos sambutidos en una realidad feroz, marcada por un consumo irresponsable, por la desinformación, la violencia, la escases de los recursos naturales, los desastres ecológicos, la inseguridad, la pobreza, la escases de empleo, la falta de oportunidades para estudiar, la individualidad, la competencia, la perdida del sentido de vida, las múltiples confusiones, la desinformación que realizan los medios masivos de comunicación con el fin ultimo y principal de alinear los deseos de la juventud hacía los deseos del gran capital.

Ante esta realidad que lastima, se vuelve necesario generar espacios donde los jóvenes compartan su vida y la reflexionen., y así fomenten valores que los hagan encontrarse consigo mismos generando vida dentro de tanta muerte. Hacen falta lugares de referencia, lugares en donde el joven pueda compartir lo que es, lo que piensa, lo que siente, lo que sueña, lo que le duele., se vuelca necesario generar espacios donde se tejan diversas realidades para juntos construir diversas soluciones.

Creo fervientemente en que las comunidades eclesiales de base responden a esta inquietud. Las CEB´s responden a los retos que nos plantea la realidad actual., se proponen como el lugar perfecto para construir desde abajo relaciones más fraternas que nos hagan salir del hoyo en que nos hayamos presos. Las comunidades son hoy en día un lugar de referencia para muchos jóvenes, que compartiendo su vida, sueños, fracasos e ideales se sienten parte de algo, se sienten importantes, inmiscuidos, valorados y más que nada amados.

Pero las comunidades no sólo son un espacio de referencia, sino también de reflexión, y es eso lo que precisamente las hace diferentes a cualquier otro espacio donde el joven pueda compartir su vida., pues en las CEB´S su centro vital lo constituye el proyecto de Jesús., un proyecto de Amor, de servicio, de Justicia, de esperanza, de alegría, de solidaridad, de respeto, de sinceridad, es fin., un proyecto de vida.


Las comunidades eclesiales de base siguiendo el ejemplo de las primeras comunidades cristianas, tejen poco a poco realidades más humanas, basadas en el compartir, en el servir, en el vivir en igualdad, en el Amor y la solidaridad. Cuando el joven siente en su ser más interno estos valores de compartir, de servir y vivir en igualdad, diversas cosas se podrán generar y no dudemos que una de ellas sea la lucha por la fe y la justicia., tanto en el mundo como en nuestro país.

Esto es lo que más o menos me ha quedado claro después de vivir el XIV Taller Nacional de Jóvenes en CEB’s., me encuentro con el corazón hinchado de esperanza al ver que no fuimos pocos los que nos reanimamos a apostarle a la realización de ese Otro Mundo Posible, Urgente y Necesario.




Jóvenes en Misión, por un Mundo Mejor


Juan José Rojas Torres

Torreón Coahuila, México.

Verano de 2010